Hace casi dos semanas al tonchi le dijeron en su casa sus papás: -Tienes que ordenar tu cuarto porque van a venir a instalarte unas cortinas el lunes –,  porque han de saber que en este momento el cuarto de él tonchi no tiene cortinas, bueno, si tiene unas cortinas muy delgadas pero las gruesas hubo que quitarlas, y esto es en cierto modo sorprendente puesto que apenas hace unas semanas mis padres decidieron cambiarlas y no lo decidieron después del incidente del balazo, incidente que también merece un post completo, pero eso será en otra ocasión.
En este punto cabe aclarar que el cuarto del tonchi se estaba volviendo poco a poco en un chiquero, y esto sucedÃa no por la decisión propia del tonchi, sino por el hecho de que en poco tiempo hubieron llegado distintas cosas al cuarto del tonchi, como lo fue su televisión de LCD (la cual hubo que improvisar donde ponerla) y el Xbox 360, además de un crecimiento mayor al esperado en la colección de DVDs, razón por la cual el cuarto del tonchi se volvia un chiquero, y más que un chiquero, un desorden puesto que los muebles que dicho cuarto tenÃa no eran los suficientes para dar lugar a los objetos en el mismo.
Total, el tonchi, ante la indicación de sus padres les respondió – Lo haré después, cuando regrese de Morelia, el domingo. – y es que han de saber ustedes que esto sucedió un dÃa antes del viaje/mudanza de Jaka.
Mientras el tonchi y sus compillas movÃan muebles en Morelia, los padres del tonchi decidieron tomar cartas en el asunto y ayudar al tonchi a ordenar las distintas cosas que estaban fuera de lugar (o simplemente sin un lugar dell cual estar fuera de), cuando el tonchi hubo llegado notó el gran trabajo de sus padres y agradecerles por haberle ayudado, aunque poco a poco tuvo que descubrir los nuevos lugares de sus cosas.
Y asà el tonchi estuvo una semana acostumbrándose a su “nuevo†cuarto, hasta el dÃa de hoy, justamente el tonchi acababa de terminar de desayunar y mientras Sybelle platicaba con la mamá del tonchi (esto debido a que se turnan conducir un dÃa y un dÃa a la oficina) le llegó un pensamiento de golpe a la mente:
¡¿ Dónde están los boletos de Depeche Mode ?!
Porque han de saber que el tonchi es muy fan de Depeche Mode, tanto asà que compró sus boletos para el concierto de Guadalajara en la preventa especial de fans, asà es, compró en preventa el disco “Sounds of the Universe†(edición cd + dvd)  y con ello pudo adquirir sus boletos en la preventa especial, esto, en abril del presente año y que desde esa fecha el tonchi los puso al borde de su escritorio para poder verlos todos los dÃas.
Retomando la historia, el tonchi se puso a pensar sobre los boletos, los cuales en algún momento mientras que el tonchi estaba en Morelia y que sus padres ordenaban su cuarto, pasaron a desaparecer.
El tonchi casi se desmaya mientras buscaba sus boletos que antes veÃa todas las mañanas cuando se despertaba, movió cajas y abrió cajones, busco bajo la cama y dentro del closet solo para no encontrar nada.
AsÃ, frustrado, enojado y triste (principalmente triste), el tonchi se fue al trabajo, en el camino platicó con Sybelle al respecto y recordaron algo importante que en este relato ya fue tocado en este relato y que el tonchi no habÃa pensado, los boletos fueron comprados de modo electrónico en una preventa especial, y estos están ligados a una cuenta de OCESA Plus además de contar con los comprobantes bancarios de la compra de los mismos, asÃ, con esas ideas en la cabeza el tonchi llegó al trabajo.
Rápidamente sacó su laptop y la prendió, abrió su correo y buscó los comprobantes, accedió a su cuenta de Ticketmaster y verificó los datos de los boletos, buscó el teléfono para aclaraciones, llamó y esperó.
Como cinco minutos esperó a que lo atendieran, un hombre escuchó la narración del tonchi y este en respuesta lo dirigió a un asesor en el departamento de ventas en lÃnea, ahora en este caso tuvo que desperar cerca de 10 minutos hasta que una mujer le contestó, esta también escuchó atentamente el relato del tonchi y simplemente dijo con palabras muy frias y formales: – La responsabilidad de Ticketmaster termina al entregar los boletos, lo siento –, el tonchi solo pudo despedirse rápidamente puesto que quedaba muy claro que no habÃa solución al problema.
Y asà es básicamente como termina la historia, el tonchi volvió a su casa del trabajo y se puso a buscar nuevamente, esta vez con más detenimiento, buscó y buscó hasta que simplemente no le quedó otra opción que prender su laptop y escribir estas tristes palabras en una hoja de Word donde les cuenta a ustedes, como el dÃa de hoy sucedió una tragedia, tal vez no muy grande en lo tangible, dinero y 2 horas de espectáculo, pero si muy grande para él tonchi y para Sybelle (puesto que uno de los boletos era de ella).
EpÃlogo
Aun no han ido a poner las cortinas.