Seguir escribiendo

Este pasado Nanowrimo, el cual si bien no fué un fracaso tampoco fue una victoria, me di cuenta que lo mio lo mio lo mio, no es escribir una novela larga, en realidad lo que más me gusta es escribir cuentos cortos, me etreso mucho en la novela y tiendo a pensar demasiado, me sorprendió como es que pude llegar a más de 30,000 palabras y en realidad pues me dió gusto haber logrado hacer mucho más que en las ediciones anteriores, estoy pensando en luego editar y poner los primeros capítulos en el blog para que todos puedan leer y que me den sus opiniones.

Ahora, la costumbre adquirida y el gusto por escribir no es algo que se pueda quitar muy fácil, razón por la cual (aunque no la razón principal en realidad) existe “¿Y que sigue?

¿Que qué es eso?, ah, pues se trata de un pequeño blog con una pequeña historia, si, creo que es un modo de definirlo, aunque, no sabemos si es que es una pequeña historia o no, aun no, total, ya me estoy desviando y no he explicado mucho, se trata de un blog en el que participan 6 personas las cuales intentan escribir una historia, creo que la definición sería algo así como un ejercicio de improvisación, no es muy preciso pero funciona, donde el autor en turno tiene que improvisar y continuar con lo que han escrito los anteriores, no me convence aun eso de improvisación, digo, hay suficiente tiempo para planear bien su parte, dejemoslo en ejercicio solamente, si, así mejor, es un ejercicio de escritura.

Y también es una fuente de ocio.

Si les interesa pueden leer en: http://historia.uno0uno.net

Les recomiendo que lo hagan, creo que está divertido e interesante lo que vá, por lo menos no nos ha aburrido.

El arte del insulto

En mi vida he aprendido que el arte de insultar a alguien no reside en la creación de falsos o en la elaboración de insultos crípticos que meramente el que los ha dicho los entiende, el arte de insultar reside en decir la verdad más hiriente en el momento indicado, esa pequeña frase de verdad que se sabe sobre el que se está insultando la cual dicha en el momento preciso causa una ruptura en las defensas y en la psique del insultado llevándolo a un estado de pérdida de integridad, paciencia y demás cambios en su ser de modo tal que realmente le pese eso que le han dicho, es decir, un buen insulto es uno que deje al ofendido no enojado (y dispuesto a responder) sino que lo deje acabado buscando como defenderse a sí mismo de esa verdad que tiene enfrente.

Es decir, no sirve de nada decirle a alguien que “su madre es una puta” si es que el comentario no tiene un fundamento basado en la realidad, la razón de esto reside en que el objetivo del insulto no tiene una razón de peso para sentir dicha frase sino que tendrá que cuestionarse para encontrar una causa de dicha frase, cosa que debido a que se trata de un insulto, lo más posible que no lo piense mucho, esto viene a sacar a relucir una segunda regla, por llamarle de algún modo, la cual es que un insulto que necesita ser razonado no es un buen insulto.

En muchas ocasiones el uso de los insultos es utilizado como un modo de finalizar una situación que ha salido de control y que ha causado que el “insultante” y el “insultado” invariablemente deban tomar caminos separados, es decir, como el comentario de despedida, en este caso el insulto debe de cumplir con las dos razones nombradas arriba, y sobre todo también por una tercera razón, un insulto es un comentario que viene de lo mas primario del hombre, tal y como la ira y el amor, y por lo cual deben ser portados con todo el peso que conllevan, es decir, un insulto que se ha dicho no se puede negar, es un peso con el cual uno siempre debe de cargar, y sobre todo, debe de aceptar, o como se diría coloquialmente: “tener los huevos para aceptar lo dicho”.

Nanowrimo 2009, sinopsis

Este será el tercer año en el que intento completar NaNoWriMo, y en este caso hará una novela que se llamará: “Durmientes” la cual tiene una trama más o menos así:

El primer caso ocurrió en Berlín, una niña de 12 simplemente ya no volvió a despertar, sus padres la llevaron al hospital pensando que había caído en coma solo para que les dijeran que simplemente estaba dormida muy profundamente, dos días después ambos tampoco despertaron.

Mientras más gente cae en un sueño eterno alrededor del mundo, Sandra, una anciana médium busca guiada por una corazonada a las personas que conoció en un sueño un par de meses atrás, entre ellos un niño llamado Elliot quien se queda solo cuando su madre por fin cae víctima de la enfermedad e ignora totalmente los llamados del despertador, ¿será realmente el único que queda despierto en su pueblo?

La historia será fantasía urbana y tendrá muchos toques basados en psicología del sueño, sueños lúcidos y otras cosas de esas raras que luego me llaman la atención (¿les he dicho que quiero aprender a tener sueños lúcidos?).

Según yo este año será el bueno y ahora si lograré la mítica cantidad de 50,000 palabras, por otro lado, a diferencia del año pasado no planeo publicar diario lo que vaya escribiendo sino que ahora subiré varios capítulos una o dos veces por semana, y eso posiblemente ya que si veo que el publicarlos me lleva a editar mucho pues simplemente dejaré de publicarlos.

Por último, mucha suerte a todos los que van a participar y espero que más gente se apunte.

Tragedia

Hace casi dos semanas al tonchi le dijeron en su casa sus papás: -Tienes que ordenar tu cuarto porque van a venir a instalarte unas cortinas el lunes –,  porque han de saber que en este momento el cuarto de él tonchi no tiene cortinas, bueno, si tiene unas cortinas muy delgadas pero las gruesas hubo que quitarlas, y esto es en cierto modo sorprendente puesto que apenas hace unas semanas mis padres decidieron cambiarlas y no lo decidieron después del incidente del balazo, incidente que también merece un post completo, pero eso será en otra ocasión.

En este punto cabe aclarar que el cuarto del tonchi se estaba volviendo poco a poco en un chiquero, y esto sucedía no por la decisión propia del tonchi, sino por el hecho de que en poco tiempo hubieron llegado distintas cosas al cuarto del tonchi, como lo fue su televisión de LCD (la cual hubo que improvisar donde ponerla) y el Xbox 360, además de un crecimiento mayor al esperado en la colección de DVDs, razón por la cual el cuarto del tonchi se volvia un chiquero, y más que un chiquero, un desorden puesto que los muebles que dicho cuarto tenía no eran los suficientes para dar lugar a los objetos en el mismo.

Total, el tonchi, ante la indicación de sus padres les respondió – Lo haré después, cuando regrese de Morelia, el domingo. – y es que han de saber ustedes que esto sucedió un día antes del viaje/mudanza de Jaka.

Mientras el tonchi y sus compillas movían muebles en Morelia, los padres del tonchi decidieron tomar cartas en el asunto y ayudar al tonchi a ordenar las distintas cosas que estaban fuera de lugar (o simplemente sin un lugar dell cual estar fuera de), cuando el tonchi hubo llegado notó el gran trabajo de sus padres y agradecerles por haberle ayudado, aunque poco a poco tuvo que descubrir los nuevos lugares de sus cosas.

Y así el tonchi estuvo una semana acostumbrándose a su “nuevo” cuarto, hasta el día de hoy, justamente el tonchi acababa de terminar de desayunar y mientras Sybelle platicaba con la mamá del tonchi (esto debido a que se turnan conducir un día y un día a la oficina) le llegó un pensamiento de golpe a la mente:

¡¿ Dónde están los boletos de Depeche Mode ?!

Porque han de saber que el tonchi es muy fan de Depeche Mode, tanto así que compró sus boletos para el concierto de Guadalajara en la preventa especial de fans, así es, compró en preventa el disco “Sounds of the Universe” (edición cd + dvd)  y con ello pudo adquirir sus boletos en la preventa especial, esto, en abril del presente año y que desde esa fecha el tonchi los puso al borde de su escritorio para poder verlos todos los días.

Retomando la historia, el tonchi se puso a pensar sobre los boletos, los cuales en algún momento mientras que el tonchi estaba en Morelia y que sus padres ordenaban su cuarto, pasaron a desaparecer.

El tonchi casi se desmaya mientras buscaba sus boletos que antes veía todas las mañanas cuando se despertaba, movió cajas y abrió cajones, busco bajo la cama y dentro del closet solo para no encontrar nada.

Así, frustrado, enojado y triste (principalmente triste), el tonchi se fue al trabajo, en el camino platicó con Sybelle al respecto y recordaron algo importante que en este relato ya fue tocado en este relato y que el tonchi no había pensado, los boletos fueron comprados de modo electrónico en una preventa especial, y estos están ligados a una cuenta de OCESA Plus además de contar con los comprobantes bancarios de la compra de los mismos, así, con esas ideas en la cabeza el tonchi llegó al trabajo.

Rápidamente sacó su laptop y la prendió, abrió su correo y buscó los comprobantes, accedió a su cuenta de Ticketmaster y verificó los datos de los boletos, buscó el teléfono para aclaraciones, llamó y esperó.

Como cinco minutos esperó a que lo atendieran, un hombre escuchó la narración del tonchi y este en respuesta lo dirigió a un asesor en el departamento de ventas en línea, ahora en este caso tuvo que desperar cerca de 10 minutos hasta que una mujer le contestó, esta también escuchó atentamente el relato del tonchi y simplemente dijo con palabras muy frias y formales: – La responsabilidad de Ticketmaster termina al entregar los boletos, lo siento –, el tonchi solo pudo despedirse rápidamente puesto que quedaba muy claro que no había solución al problema.

Y así es básicamente como termina la historia, el tonchi volvió a su casa del trabajo y se puso a buscar nuevamente, esta vez con más detenimiento, buscó y buscó hasta que simplemente no le quedó otra opción que prender su laptop y escribir estas tristes palabras en una hoja de Word donde les cuenta a ustedes, como el día de hoy sucedió una tragedia, tal vez no muy grande en lo tangible, dinero y 2 horas de espectáculo, pero si muy grande para él tonchi y para Sybelle (puesto que uno de los boletos era de ella).

Epílogo

Aun no han ido a poner las cortinas.

Adios…

[audio:05_-_Mono_-_Follow_the_Map.mp3]

– Adiós…

Tenía 13 años cuando la entendí, casi todos los días la escuchaba,  mi madre dejándome en la escuela, mi padre saliendo a trabajar, mi hermano saliendo a la universidad, nunca le había puesto importancia.

Era verano, vacaciones, no mas escuela por un par de meses, viaje al bosque, cada año hacíamos lo mismo, aun me emocionaba en esos tiempos, recuerdo las cabañas perfectamente.

Tres días habían pasado, más familias iban llegando, algunas otras se iban también, recuerdo como llegaste, una gran camioneta roja, una Suburban que hacía más ruido del necesario, bajaron 6 personas, tu, tus hermanas, tu hermano y tus padres.

Hacía mucho frio, una alta fogata era el punto de reunión de todos, mi madre siempre me decía que fuera con los demás niños, nunca le hice caso, tú fuiste quien se acercó.

Jugo de manzana me ofreciste, yo te ofrecí pan, comimos en silencio, no entendía nada, me dijiste que tenías 13 años, yo también tenía esa edad, jugamos Monopoly, nos fuimos a dormir tarde, nos despedimos por primera vez.

Tocaste la puerta, eran las 10 de la mañana, – se encuentra Tim -, te escuché decir desde el segundo piso, mi madre te dijo que ahorita bajaba, me quité la pijama, me cambie y bajé corriendo.

– Hola – te salude, – ¿Cómo estás? me respondiste, mi madre volvió a cocinar, fuimos a la cocina a ver que hacía, me dijiste que te encantaban los hotcakes, te invitamos a desayunar.

Todos los días tocabas la puerta por la mañana, recuerdo tu chamarra roja y el beannie también rojo, fué lo primero que te regalé, a mi madre le agradabas.

Quince días pasamos así, platicamos todo el tiempo, concordamos en muchas cosas, ambos vivíamos en la misma ciudad, no conocía tu escuela, vivías no muy lejos.

Me dijiste que te irías mañana, nos juramos vernos después, intercambiamos teléfonos, nos regalamos cosas, te empecé a querer.

– Adiós… – dijiste con voz quebrada, – Hasta luego – te respondí, diste media vuelta, tu familia te esperaba en la Suburban, empezaste a caminar.

Diste media vuelta, corriste hacia donde estaba, te regresé el abrazo, no entendía nada aun, te besé también, volviste a correr.

– Adiós… – te dije mientras te alejabas.

– Adiós…

Tenía 13 años cuando la entendí, casi todos los días la escuchaba,  mi madre dejándome en la escuela, mi padre saliendo a trabajar, mi hermano saliendo a la universidad, nunca le había puesto importancia.

Era verano, vacaciones, no mas escuela por un par de meses, viaje al bosque, cada año hacíamos lo mismo, aun me emocionaba en esos tiempos, recuerdo las cabañas perfectamente.

Tres días habían pasado, más familias iban llegando, algunas otras se iban también, recuerdo como llegaste, una gran camioneta roja, una Suburban que hacía más ruido del necesario, bajaron 6 personas, tu, tus hermanas, tu hermano y tus padres.

Hacía mucho frio, una alta fogata era el punto de reunión de todos, mi madre siempre me decía que fuera con los demás niños, nunca le hice caso, tú fuiste quien se acercó.

Jugo de manzana me ofreciste, yo te ofrecí pan, comimos en silencio, no entendía nada, me dijiste que tenías 13 años, yo también tenía esa edad, jugamos Monopoly, nos fuimos a dormir tarde, nos despedimos por primera vez.

Tocaste la puerta, eran las 10 de la mañana, – se encuentra Tim -, te escuché decir desde el segundo piso, mi madre te dijo que ahorita bajaba, me quité la pijama, me cambie y bajé corriendo.

– Hola – te salude, – ¿Cómo estás? me respondiste, mi madre volvió a cocinar, fuimos a la cocina a ver que hacía, me dijiste que te encantaban los hotcakes, te invitamos a desayunar.

Todos los días tocabas la puerta por la mañana, recuerdo tu chamarra roja y el beannie también rojo, fué lo primero que te regalé, a mi madre le agradabas.

Quince días pasamos así, platicamos todo el tiempo, concordamos en muchas cosas, ambos vivíamos en la misma ciudad, no conocía tu escuela, vivías no muy lejos.

Me dijiste que te irías mañana, nos juramos vernos después, intercambiamos teléfonos, nos regalamos cosas, te empecé a querer.

– Adiós… – dijiste con voz quebrada, – Hasta luego – te respondí, diste media vuelta, tu familia te esperaba en la Suburban, empezaste a caminar.

Diste media vuelta, corriste hacia donde estaba, te regresé el abrazo, no entendía nada aun, te besé también, volviste a correr.

– Adiós… – te dije mientras te alejabas.

TonchiReseña Tales of Vesperia

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Hace unos días me pasó algo que creo que nunca me había pasado en toda mi vida como videojugador, después de invertirle 96 horas al Tales of Vesperia por fin lo “terminé” y lo pongo entre comillas puesto que en realidad ese “terminé” se refiere mas a que pasé el último jefe y conocí el final del juego.

En realidad estoy lejos de terminarlo, en términos de achievements y gamerpoints, saqué el 72% de los gamerpoints pero solamente el 50% de los achievements, lo cual solo indica, (en esos términos tan mundanos y que son causa de ser llamado achievementwhore) que no le saqué todo el jugo.

Y es cierto, sé que no le saqué todo el jugo que se podía… pero le saqué todo el jugo que le quería sacar y es a lo que iba en el primer párrafo, me pasó algo que no siempre sucede, me inundó una paz absoluta por que lo había hecho.

96 horas de juego es muchísimo, en realidad y viendo desde cuando lo tengo me tardé mes y medio en terminar el juego, pero no me pesan, no siento que fue mucho tiempo, no siento que sufrí hora tras hora al jugar, todo lo contrario, lo disfruté tanto como para no sentirme defraudado por no haber encontrado y sacado todo lo que se podía descubrir, ni como para sentirme motivado a volverlo a agarrar y pasarlo en una dificultad más alta (y disfrutar de los extras que la Grade Shop nos da [de lo cual hablaré un poco más al respecto]), sino que me sentí en una absoluta paz de que lo había acabado cómo y cuando quise.

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El juego inicia con Yuri Lowell, el personaje principal (y el que por lo general la gente utilizará en el juego) quien es un pobretón (hasta en el juego te lo dicen) que vive en los barrios más bajos de una ciudad llamada Zaphias, Yuri vive con su perro Repede el cual es un tanto extraño, no en todos los juegos se encuentra a un perro azul, tuerto, que fume pipa y que pelee utilizando dagas o cuchillos, bueno, a lo que estaba, Yuri y Repede viven en los barrios bajos de Zaphias, ahora, Zaphias no es cualquier ciudad, es la mayor ciudad en toda Terca Lumireis y la cual es donde está ubicado “El Imperio”, la institución gubernamental que rige todo el mundo.

Yuri y Repede como habitantes de Zaphias no tienen otra opción más que quedarse encerrados en el pequeño barrio en el que viven puesto que no pueden salir de Zaphias, esto es debido a que la ciudad está rodeada por una barrera tecnomágica que hace que los monstruos no entren a la ciudad y maten a todos, porque así es la vida en Terca Lumireis, el mundo está lleno de monstruos y la gente se queda en las ciudades, lo importante aquí es que eso es posible (las barreras) a una tecnología llamada Blastia, que es una tecnología ancestral que permite manejar el Aer (la energía del mundo),  las Blastias al utilizar el Aer pueden hacer barreras, faroles o fuentes, como la que tienen en el barrio donde viven Yuri y Repede, la trama como tal inicia en que a la Fuente Blastia que tienen en dicho barrio alguien le robó el núcleo sin el cual no puede funcionar, para no hacer el cuento largo Yuri se lanza a encontrar al responsable y con ello iniciar toda la aventura que muy rápidamente cambia de rumbo al incluir a una noble que quiere huir del castillo del Imperio, el pasado de Yuri como Militar en el Imperio, la rivalidad de este con su mejor amigo de la infancia Flynn quien sigue siendo un militar, un personaje que viaja en un dragón volador que va destruyendo Blastias, una ciudad poblada en su totalidad por magos quienes estudian las Blastias, el mundo fuera de las barreras, los clanes que forman las personas que están fuera del imperio y como es que las Blastias y el Aer son importantes para el mundo, en resumidas cuentas y para no arruinarles las sorpresas a quien lo juegue, una larga, por lo general entretenida y lo suficientemente enredada como para que siga haciendo que uno juegue, historia.

Una de las cosas que diferencia a los “Tales of” de muchos otros JRPGs es el formato de las batallas, para empezar en los Tales siempre puedes ver contra quien vas a pelear, nada de batallas sorpresa o cosas por el estilo, además, puesto que puedes ver a los enemigos puedes decidir si peleas o no con ellos incluso si es que lo deseas se pueden pasar los calabozos sin pelear más que con los jefes, pero eso sería perderse algo de lo mejor del juego, el sistema de batalla.

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Lo primero a notar de las peleas es que no son por turnos, todos los enemigos (y los compañeros de la party) actúan simultáneamente en una arena en la cual se pueden mover hacia cualquier dirección, el juego permite tener siempre a 4 personajes  de la party en cada pelea, el primero en el grupo es el que maneja el jugador, mientras que los otros actúan de acuerdo a parámetros que se les pueden indicar tales como a que enemigo atacar (cercano, lejano, al mismo, al débil, etc.), que acciones hacer (atacar, defender, curar, etc.) y muchas otras más, en cuanto al control se basa en 2 cosas, una de las cuales le será muy conocida a cualquier persona que haya jugado algún Smash Bros, se tiene un botón de golpes y un botón de Artes (poderes especiales), de acuerdo a la dirección que se tiene apuntado con el stick cuando se presiona el botón de Artes es que poder se hace (como en Smash Bros), lo interesante viene con el sistema de combos, los poderes de dividen en varios tipos, de un principio se tienen solo 2, los Base Artes y los Arcane Artes, siempre que se inicie un combo con un Base se puede enlazar con un Arcane para hacer más golpes, en un principio del juego los combos son limitados por tener 2 tipos de Artes, pero después se abren otros tipos de Artes con lo cual se incrementa la posibilidad de hacer combos, además de que sincronizando los poderes de otros personajes se pueden incrementar hasta lograr combos de incluso más de 200 golpes (251 golpes mi record personal).

El juego también maneja otra cosa que eventualmente se aprende que son los Fatal Strikes, golpes que permiten eliminar a los enemigos con un golpe sin importar cuánto les quede de HP, los Overlimits con los cuales se pueden hacer ataques más poderosos o enlazar Artes sin importar el tipo de Arte que sean (por ejemplo ligar 5 Base Artes seguidas) y muchos otros detallitos que hacen que un sistema de batalla basado en solo 2 botones tenga una complejidad mucho mayor de lo que aparenta en un principio.

Los personajes de la historia tal vez no lleguen a ser tan recordados como un Sephiroth o un Chrono, pero por lo menos son lo suficientemente elaborados (aun con sus respectivos clichés) para que uno al menos se preocupe por saber qué es lo que va a pasarles conforme avance el juego, que hablando de los personajes, gran parte de los diálogos del juego están hablados, lamentablemente solo en ingles, aunque por suerte las actuaciones son superiores a los de muchos doblajes de otros juegos (es decir, es perfectamente soportable), aunque cabe decir que la traducción no es perfecta, en algunas partes algunos diálogos están un tanto fuera de contexto con respecto a cómo se maneja el lenguaje pero son pocas y separadas las ocasiones.

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Gráficamente el juego está bastante bien, los efectos de las magias, la presentación de los lugares, el diseño de los enemigos (con del señor con la armadura del corazón [ya lo verán]), casi todo gráficamente es muy pero muy bueno, lo malo es que en algunas secuencias el juego se siente un tanto apresurado puesto que en lugar de mostrar “la acción” se enfocan por mostrar a los personajes hablando (también contadas veces, pero sucede), pero igual eso no demerita mucho.

Otra cosa que a mí me pareció interesante es el manejo de los skills, muchas armas permiten que los personajes aprendan diferentes skills bastante variados, desde cosas simples como “incrementar el hp en 100 puntos) hasta otros más interesantes como aprender los famosos Hi Uogi (Mystic Artes en este juego, superpoderes que hacen varios miles de puntos de daño) o permitir que los personajes aprendan variaciones más poderosas (o totalmente diferentes) de sus Artes, por ejemplo, un cierto personaje por medio de este proceso puede aprender un Arte que permite para el tiempo para los enemigos por algunos segundos haciendo que se congelen, uno de los poderes más útiles del juego contra los enemigos más poderosos.

Una de las cosas bien logradas en el juego es que los personajes se separan a veces de los estereotipos de personaje de JRPG, principalmente del estereotipo del héroe bueno y recto, en este juego en varias situaciones se manejan conflictos éticos y morales interesantes, cosas como que tanto mal hay que hacer para hacer el bien y otras cosas un tanto más “adultas” de lo que nos acostumbran los nipones.

Pues bien, creo que ya dejé claro de que se trata y más o menos que opino, en general me encantó el juego, no pretende ser un clásico de los RPGs ni inventar el hilo negro, pero sin embargo en general todo lo que hace lo hace bastante bien.

Para aquellos que se lo pregunten, si, se puede terminar en mucho menos de 100 horas (unas 40) pero posiblemente se pierdan muchas de las sidequest y otras cosas que hacen que el juego sea más interesante.

Tonchicalificación: Ampliamente recomendable.

Huyendo

¡Sigue corriendo!, le gritó el niño a la niña, poco a poco sentía como sus piernas se empezaban a cansar, un ardor se empezaba a generar en sus pantorrillas y muslos con cada paso que daba, la niña no respondió nada, solo apretó por un instante los ojos mientras intentaba dirigir todas sus energías a dos lugares, la primera sus piernas, ella al igual que el niño estaba cansada, había corrido por tanto tiempo que no sabía si eran horas o días y sus piernas a cada paso que daba le decían que no podían por medio de una punzada de dolor; el otro lugar era su mano izquierda, en realidad estaba más preocupada por esa mano que por sus piernas, sabía que si se tropezaba el niño no la soltaría y la ayudaría a levantarse rápidamente, pero por otro lado, no sabía qué pasaría si es que se soltase, si cayese después de soltarse, ¿se quedaría ahí?, ¿el niño la esperaría?, quería creer que así sería, que el niño nunca la dejaría.

Las altas paredes de las estructuras alrededor del niño y de la niña creaban cientos de caminos, calles y callejones, si se pudiese ver desde cientos de metros de altura la ciudad no parecería otra cosa más que un laberinto para ratones, y el niño y la niña se sentían así, como ratones en un laberinto, tenían que seguir corriendo.

A cada paso el resonar de los zapatos contra el suelo los hipnotizaba, llevaban tanto tiempo corriendo y escuchando el rítmico golpeteo que la niña ya no necesitaba voltear hacia su compañero para saber qué dirección tomaría, una variación en el ritmo le podía decir si es que acelerarían el paso o si bajarían la velocidad un poco, si darían vuelta hacia la izquierda o si tendrían que saltar algo.

Habrán pasado días posiblemente, la niña no estaba segura, las altas paredes y sus anuncios luminosos no le permitían saberlo, publicidad de restaurantes y de tiendas de regalos, tiendas de electrónica y mueblerías, tantos anuncios luminosos existían que ya no podía saber si era día o noche, a veces la lluvia los ayudaba a sentir que el tiempo pasaba mientras los dos seguían huyendo.